Nadie sabe realmente cuántas especies habitan en la Tierra. Se estima una tasa de 2 millones a 100 millones de especies diferentes, pero los expertos optan por acercarse a una cifra de 10 millones. De éstas, sólo 1.4 millones han sido nombradas y clasificadas, y sólo un pequeño porcentaje de éstas han sido estudiadas en detalle .
La lista roja de la Unión de Conservación Mundial muestra que un 18% de todos los vertebrados clasificados en el 2002 están en peligro de extinción. Esto incluye un 24% de mamíferos, 12% de aves, 25% de reptiles, 21% de anfibios y un 30% de peces. Un 49% de las plantas clasificadas en el 2002 están en extinción. Se estima que la tasa anual de pérdida de especies fluctúa entre 1.000 y 10.000 veces más alta que la pérdida natural de éstas. Estadísticas como éstas han hecho pensar a muchos cientistas medioambientales que estamos en un proceso de extinción masiva de especies.
Esto es extremadamente preocupante por una serie de razones. Creamos o no que las especies tiene un valor intrínseco, no podemos negar que la pérdida de un gran número de especies puede tener serias consecuencias en la producción de alimentos, la sustentabilidad medioambiental y el futuro de los avances médico-biológicos; así como tener efectos globales a nivel ecosistémico. La pérdida de biodiversidad también tiene un serio impacto en las poblaciones indígenas que dependen de la existencia de muchas y variadas especies para su sobrevivencia.
¿Qué pasa con el ganado?
En un reporte comisionado de la FAO, la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional y el Banco Mundial, De Haan y otros concluyeron que la producción industrial de carne contribuye a la pérdida de especies a través de su “demanda de concentrados alimentarios, que cambia el uso de las tierras y acentúa los monocultivos. La producción de granos, particularmente, suma stress a la biodiversidad a través de la pérdida de hábitats y los daños al funcionamiento de los ecosistemas.”
La destrucción de los hábitats es de por sí solo un importante factor en la pérdida irrecuperable de especies. La deforestación, degradación de la tierra y el cultivo intensivo de tierras representan destrucción de ecosistemas y pérdida masiva de la biodiversidad.
La selva tropical, aunque cubre solamente un 10% de la superficie total del planeta, contiene cerca de 90% de todas las especies –muchas de las cuales nunca han sido estudiadas—. La destrucción total del medio ambiente selvático para cultivar pienso para el ganado y la alimentación de animales de granja contribuye directamente a la pérdida de biodiversidad.
Otros factores que aumentan la vulnerabilidad de las especies son la polución, el cambio climático, la sobrexplotación y la introducción de especies no autóctonas en los ecosistemas. Todos estos factores se relacionan directamente con la producción industrial de carne.
“Las raíces de la crisis de la biodiversidad no están “ahí afuera” en la selva o la sabana, sino que están introducidas en nuestros estilos de vida.”