Tyson produce 1 de cada 5 kilos de carne consumidos en USA. Hayes y sus 122 mil empleados, procesan y venden anualmente, 15 mil millones de kilos de ternera, 11 mil millones de kilos de pollos y 5 mil millones de kilos de carne de cerdo. Además de formular, empaquetar y vender 8 mil millones de alimentos preparados, bajo las marcas Hillshire Farm, Jimmy Dean, Ball Park Franks, Original Philly Cheesesteak y Aidells Sausage. La mitad son distribuidos por comercios al por menor, el resto se destinan a Mc Donalds, Burger King, Wendy's, KFC y otras cadenas de alimentación.
Tom Hayes, de 53 años, es director ejecutivo de la compañía desde diciembre de 2016. Es el tipo de líder optimista y cercano, que te dice “llámame Tom”. Más de uno en su equipo, lo describe como “el hombre del pueblo”. Esa bonhomía le ha dado valor y tal vez aislado, que se ha posicionado como un renegado con visión de futuro en una industria que muchos consideran carente de ética, catastrófica para el medio ambiente y anclada en un pensamiento obsoleto. Desde que Hayes comenzó, ha prometido “proteinas sostenibles” y “alimentos más limpios” en medios de comunicación (Squawk on the Street, Mand Money), en conferencias (Davos, Milken) y en Twittersphere. Hizo declaraciones como “Acepté este trabajo para ayudar a revolucionar el sistema alimentario mundial” y se comprometió a “elevar las expectativas todo lo bueno que podemos hacer a través de la comida”.
Estas palabras, suenan terriblemente sosechosas, viniendo de un hombre, cuya compañía procesa anualmente unos 1,800 millones de animales. Tyson tiene docenas de mataderos a gran escala y ha sido criticada por contaminación del agua y del aire, crueldad animal y violación de los derechos laborales. También es responsable de decenas de millones de toneladas métricas de emisión de gases de efecto invernadero, la misma cantidad que genera toda Irlanda. “Decir que es una empresa sostenible o ética sería absurdo” dice Matthew Prescott, director de alimentos y agricultura de la Humane Society of United States (HSUS). Sin embargo, Hayes insiste en que es precisamente por el alcance de Tyson que tiene el potencial para marcar la diferencia:”Somos tan grandes que la industria no puede cambiar si no lideramos”.
En sus primeros meses a la cabeza, Hayes reemplazó a 6 de cada 10 jefes de división, muchos de ellos contratados fuera de la industria cárnica. También creó dos roles: director de tecnología y director de sostenibilidad. Hayes y su equipo lanzaron nuevos objetivos de sostenibilidad en rápida sucesión: Tyson eliminaría antibióticos de todos los productos de pollo con marca Tyson en 2017. Reduciría sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 30 por ciento para 2030, no solo internamente sino también a lo largo de su cadena de suministro. Continuará mejorando la eficiencia en sus plantas, ampliando la oferta de productos orgánicos y practicando la gestión sostenible de la tierra en 2 millones de acres de maíz cultivado para alimentación animal. Hayes se comprometió a mejorar el bienestar de los empleados, mejorar el tratamiento de los animales y fortalecer los acuerdos que protegen el derecho de los animales criados por Tyson a "una vida que valga la pena vivir".
También hizo público un plan para cambiar su compañía de productor y procesador de carne a productor de proteínas en general. En mayo, la compañía se convirtió en un inversionista de Future Meat Technologies Ltd., una startup israelí que desarrolla "carnes cultivadas" a partir de células en laboratorio. Tyson también fue un figura importante en una reciente ronda de inversiones para Memphis Meats Inc. , una compañía en San Francisco que desarrolla carne de res, aves de corral y pescado cultivada en laboratorio, que también es financiada por Bill Gates. Y en diciembre del año pasado, Tyson se unió a una ronda de financición de $55 millones para la empresa Beyond Meat Inc., con sede en California, la marca líder en productos de proteína vegetal en todo el país.
Tyson no es el único jugador en la industria cárnica convencional que realiza inversiones no convencionales. Cargill Inc. también invirtió en Memphis Meats. Perdue Farms Inc. está invirtiendo en equipos de procesamiento manual, razas de pollo de crecimiento lento y marcas orgánicas. Incluso Hormel Foods Corp., fabricante de Spam, está desarrollando productos libres de animales. Si Tyson no se mantiene al frente del juego, corre el riesgo real de quedarse atrás. "Queremos cambiar activamente", dice Hayes. "No queremos ser Kodak".
No revelará cuánto dinero está gastando en proteínas alternativas, pero por ahora, es mucho menos de lo que está invirtiendo en la producción de carne de status quo. Todo el fondo que Hayes estableció para inversiones en tecnología sostenible es de $150 millones, aproximadamente la mitad del costo de un complejo avícola que Tyson está construyendo. Pero incluso sus críticos más feroces dicen que estas inversiones son un comienzo que vale la pena.
En el Discovery Center, los cocineros de Tyson han estado formulando bowls de proteínas elaborados con ingredientes como quinoa, lentejas y garbanzos para la marca vegetariana de la compañía, Green Street, que llegará a las tiendas en 2019. Hayes señala un nuevo producto refrigerado que contiene un huevo duro, un puñado de almendras y unas rodajas de queso, el tipo de refrigerio sin carne que puede ver en la zona de refrigerados de Whole Foods, pero este lleva el logotipo de Jimmy Dean. ¿Acaso el carnívoro y campechano Sr. Dean no se estaría revolviendo en su tumba ante semejante espectáculo? No, responde Hayes. Dean entendería que para una compañía tradicional como Tyson, el éxito en el tiempo "significa mantener un pie en el pasado pero poner el otro en el futuro".
Origen de Tyson Foods
Durante la Gran Depresión, John Tyson tenía una compañía de transporte de un solo hombre. En 1935 comenzó a transportar pollos a los agricultores en cajas atornilladas al suelo de su camioneta. Lentamente construyó sus propios criaderos y, en 1958, se inició en el negocio de procesamiento de pollos. Fue su hijo, Don, quien dirigió la compañía a través de 16 adquisiciones y transformó un negocio local de Arkansas en un imperio avícola.
Hasta Hayes, todos menos uno de los cinco sucesores de Don fueron educados en universidades sureñas y elevados a través de las filas de Tyson. El nuevo CEO es de Merrimack, NH, y se graduó en la Kellogg School of Management de la Northwestern University, después de lo cual pasó 20 años en Chicago. A pesar de su urbanidad, Hayes se llama a sí mismo un "chico de pueblo" que consiguió su primer trabajo en la industria alimentaria a los 14 años, lavando platos en un restaurante local y cuyo abuelo atendió una granja de patatas de 200 acres en Vermont. Su padre, Warren, era ingeniero eléctrico de Wang Laboratories, uno de los primeros fabricantes de ordenadores de sobremesa. Cuando Wang se declaró en quiebra, Hayes senior fundó una compañía que procesaba componentes de aluminio para la industria informática, y en la que trabajaba desde primera hora del día hasta después de anochecer. La madre de Hayes, Patricia, ayudó a dirigir la compañía mientras criaba a tres hijos. Al acabar la carrera en la Universidad de New Hampshire, Hayes se convirtió en representante de ventas para el gigante lácteo HP Hood, luego cambió a puestos de ventas en ConAgra Foods y Kraft Foods antes de convertirse en jefe de atención al cliente en Sara Lee. La compañía en ese momento tenía una panadería y una división de carnes. (Esta último se separó para convertirse en Hillshire Farm en 2012). Como podría sugerir el gusto de Hayes por la carne de cerdo, su carrera tuvo éxito en el sector de embutidos, donde aprendió todo, desde la logística de la cría de cerdos hasta, cómo se elabora la salchicha. Finalmente fue ascendido y se convirtió en el principal oficial de cadena de suministro de Hillshire.
El despunte de Tyson comenzó en 2014 cuando adquirió Hillshire y con ella a Hayes. "Fue entonces cuando comenzamos la transición de una empresa operativa a una marca", dice John Tyson, nieto del fundador de la compañía y actual presidente de la junta, en otras palabras, de un negocio centrado en el procesamiento de animales a uno enfocado cada vez más en marcas directas al consumidor. Antes de la adquisición, Hayes había promovido la diversificación de productos y había ayudado a desarrollar los llamados artículos de mano para el desayuno en Hillshire, incluidos los sandwiches Jimmy Dean Delights, que aumentaron las ventas de productos congelados de la marca en un 25 por ciento. A John Tyson le gusta que Hayes comprenda la forma en que los consumidores piensan y lo que quieren. "Eso es parte integral de nuestro futuro", dice.
Injusticias laborales
Agrega que "Tom se siente cómodo hablando de los problemas difíciles", y la empresa se enfrentaba a muchos problemas cuando Hayes intervino. En mayo de 2016, la organización contra la pobreza Oxfam International publicó un informe titulado "No Relief", que expone las severas condiciones de trabajo dentro de la industria avícola. Citó a 10 trabajadores de la planta de Tyson diciendo que sus gerentes les habían reprendido por las pausas para ir al baño o incluso se lo habían prohibido. "Tuve que usar pañales", decía un titular en el Wonkblog del Washington Post. Ese mismo mes, el grupo de defensa Mercy for Animals publicó videos que mostraban a los granjeros de las instalaciones de pollos de Tyson pateando y pisoteando pollos, algunos de los cuales parecían tener deformidades congénitas. En septiembre, el distribuidor de alimentos con sede en Nueva York Maplevale Farms Inc. presentó una demanda antimonopolio de demanda colectiva alegando que los principales productores avícolas, incluido Tyson, se habían confabulado para limitar el suministro, aumentar los precios y cobrar de más a los clientes.
En noviembre de 2016, con todos estos temas coleando, Tyson anunció que reemplazaría a Donnie Smith, que había sido CEO desde 2009 y triplicó el beneficio bruto de la compañía, por Hayes. Algunos analistas se levantaron en armas. "No nos alegra en absoluto ver que el señor Smith renuncie", escribió Timothy Ramey de Pivotal Research Group. “[Su paso] ha sido el mejor periodo de la historia de Tyson.”
Las acciones de Tyson se estancaron durante los tres meses desde de Hayes se hizo con el cargo, pero pronto se recuperó y en diciembre subió un 30 por ciento. Las disputas comerciales y la abundancia de suministros internos perjudicaron a los grandes productores estadounidenses de carne y, en julio, Tyson redujo su pronóstico anual de ganancias.
John Tyson insiste en que el cambio del CEO no tuvo "nada que ver" con los desafíos de las relaciones públicas. Pero también dice: "Nuestro nombre está en la puerta, y cuando las personas plantean preocupaciones sobre si estamos haciendo lo suficiente, se vuelve un poco personal".
A veinte minutos de Springdale, la sala de incubación de última generación de Tyson produce 1,8 millones de polluelos por semana. Los estantes de huevos giran lentamente en bandejas de incubación automáticas a medida que los sensores digitales monitorean sus temperaturas. Detrás de una ventana cubierta por una puerta de acero, 40,000 polluelos recién nacidos están repartidos en bandejas. Se ven delgados, pero limpios y secos, algunos con pequeñas astillas de cáscara de huevo adheridas a sus plumones.
Cría y despiece
Tyson no está involucrado directamente en la cría de ganado; la mayoría de los cerdos y el ganado sacrificado en sus plantas se compran en las granjas de engorde. Por el contrario, la cadena de suministro de pollo de la compañía está integrada verticalmente, lo que significa que Tyson posee sus aves desde el nacimiento. Los huevos son puestos por las gallinas en las granjas reproductoras, y los polluelos eclosionan en los criaderos de la compañía. Luego, los animales se crían hasta alcanzar el peso necesario en granjas contratadas, utilizando alimentos Tyson.
Hayes ha respaldado una especie de declaración de derechos de los animales que propugna "la libertad del hambre, la sed, la incomodidad, el dolor, las lesiones, las enfermedades, el miedo y la angustia y la libertad de expresar un comportamiento normal". Hayes reconoce que estos criterios no son suficientes para muchos críticos "Algunas personas van a odiar lo que hacemos, y lo agradezco", dice. "Es lo que hace que nuestro país sea grandioso. No tienen que comprar nuestros productos. No tienen que creer que se alinea con su carácter distintivo. Pero en la medida en que los animales estén bajo nuestro cuidado, queremos hacer lo correcto, y tenemos mucho trabajo por hacer ". Los animales deberían tener "solo un mal día bajo nuestro cuidado", agrega Justin Whitmore, el nuevo encargado de sostenibilidad de Tyson, capacitado por McKinsey & Co., “el día en que se convierten en carne”.
En su primer mes como director general, Hayes llamó a muchos de los críticos con Tyson, (incluyendo representantes del Instituto de Recursos Mundiales, el Fondo Mundial para la Naturaleza, la Humane Society, Oxfam, y sindicatos de las aves de corral y ganado) a Springdale, para escuchar sus preocupaciones antes de que él y su equipo diseñaran los objetivos de sostenibilidad de Tyson. Posteriormente, anunció planes para mejorar las condiciones y las medidas de seguridad para los trabajadores de la planta, en colaboración con Oxfam y el Sindicato Internacional de Trabajadores Unidos de Alimentación y Comercio. Aumentó los salarios "por un porcentaje de dos dígitos en tres años", como lo expresa Hayes. Después de los vídeos de Mercy for Animals, Tyson amplió su programa de supervisión de terceras partes, que ahora rastrea la salud animal y evalúa los puntos de interacción entre humanos y animales a través de cámaras instaladas en las plantas avícolas de la compañía. Whitmore también contrató a un equipo de 53 "especialistas en bienestar animal" de tiempo completo para capacitar a los agricultores de Tyson en un mejor cuidado de los animales. Para que los clientes puedan ver que sus aves son robustas y sanas, Whitmore realiza videos en directo en Facebook desde algunas granjas de pollos. Criar y sacrificar millones de pollos por semana sin antibióticos es costoso y desafiante desde el punto de vista logístico, pero Scott Gustin, un veterinario de Tyson que se especializa en cuidado de pollos, dice que gran parte del riesgo puede mitigarse en las primeras horas de vida de un pollito con buena nutrición , calidez constante, soporte inmune y esterilidad absoluta. Los científicos avícolas de Tyson revisaron las prácticas de criaderos y granjas de engorde, reemplazando los antibióticos con probióticos y desarrollando alimentos mejorados con aceites esenciales.
Bienestar animal y antibióticos
El programa sin antibióticos agregó 3 ¢ al costo de cada libra de alimento inicialmente, una inversión importante para una compañía que produce miles de millones de libras de alimento por año. Pero Hayes dice que el programa fue un éxito: los costos de los alimentos han bajado mucho desde que comenzó el programa, y menos del 1 por ciento de los pollos desarrollados para los productos de la marca Tyson han enfermado.Cuando eso sucede, son tratados con medicamentos y vendidos sin una etiqueta de la marca Tyson.
Prescott, de Humane Society, cuestiona los esfuerzos de sustentabilidad de Tyson en general. "He visto muy poco progreso real en la compañía cuando se trata de cambiar sus políticas de bienestar animal o incluso medidas básicas para evitar los peores abusos que sufren los animales en su cadena de suministro", dice. Las gallinas de Tyson crecen demasiado y demasiado rápido, agrega Prescott, lo que puede causar insuficiencia cardíaca y lesiones en las piernas. "La Universidad de Arkansas hizo un estudio que muestra que si un bebé humano creciera a un ritmo equivalente a estos pollos de crecimiento rápido, sería de 300 kilos a la edad de 2 meses", dice. Tyson es también una de las pocas compañías de carne que no tiene una política para eliminar el uso de "jaulas de gestación" para cerdos.
Hayes es firme en su compromiso con los pollos de crecimiento rápido, y señala que muchos pequeños agricultores orgánicos crían estas razas también: "Desde el punto de vista de los recursos, significa cultivar el pollo con la mitad del agua, la mitad del alimento y la mitad del impacto ambiental". En cuanto a los cerdos, Hayes insiste en que está presionando para reducir el uso de jaulas de gestación; él dice que aumenta los costos de producción, y por ahora simplemente no hay un mercado de clientes dispuestos a pagar más por la carne de cerdo que está "libre de jaulas de gestación".
"Clean meat", la carne de laboratorio
A principios de 2018, Whitmore comió una porción de albóndigas de miles de dólares. Estaban hechos de pato salteado, a partir de células creadas en laboratorio por Memphis Meats. "Sabía a pato, porque es pato", dice. "A nivel molecular, lo que tenía era pato", pero creció sin los huesos, órganos, piel y plumas.
La producción de carnes cultivadas, o "carnes a partir de células", como las llama el director general de Memphis Meats, Uma Valeti, comienza con la extracción de muestras de tejido de un animal vivo o recientemente sacrificado. Esas "células iniciadoras" se replican usando un medio de proteína que estimula el crecimiento dentro de un biorreactor, esencialmente un robot de cocina ultrasofisticado. "Las células cultivadas están vivas, simplemente no forman parte del animal", dice Valeti. Están tan vivas, de hecho, que el tejido muscular maduro producido en el biorreactor realmente responde -como flexión o espasmo- cuando se lo estimula con electricidad.
La noción de que una porción de carne cultivada había estado flexionándose en un laboratorio podría mandar a algunos consumidores directamente a la sección de tofu, pero no a Hayes. Se negó a hacer la cata, pero solo porque la muestra costaba cientos de dólares por onza de carne, y necesitaba que el equipo de Whitmore comparara el producto con las docenas de alternativas de carne que ya habían probado. A las pocas semanas de tomar muestras de Memphis, Tyson había aceptado respaldar a la compañía.
Hayes dice que la proteína cultivada en laboratorio puede ser tan nutritiva y sabrosa como la carne. Se puede usar para producir todo tipo de productos de origen animal y pesquero, y requiere una fracción de los recursos. A él le gusta especialmente que las carnes cultivadas eliminen las preocupaciones sobre E. coli y otros patógenos que pueden contaminar la carne de los animales durante el procesamiento. El mayor riesgo individual en su negocio, dice, es la contaminación. El mayor obstáculo con la carne cultivada en laboratorio es el costo, pero Hayes señala que en tres años, ya ha bajado de más de $ 100,000 por onza.
Aunque a las carnes cultivadas en laboratorio aún les quedan unos años paraestar en el mercado, las proteínas a base de plantas ya han demostrado ser comercialmente exitosas. En abril, dos grandes cadenas de hamburguesas, Shake Shack y White Castle, introdujeron hamburguesas vegetales. El último Impossible Slider, por $ 1.99, lleva sangre animal sintética, fabricada por Impossible Foods Inc., el competidor de Beyond Meat, y fue consierada como "una de las mejores hamburguesas de comida rápida de Estados Unidos" por la revista en línea Eater.
La proteína vegetal es el futuro
Beyond Meat ha duplicado sus ventas desde la primera inversión de Tyson a fines de 2016, y se ha extendido a 20,000 tiendas de alimentación, incluidas Kroger, Walmart y Target. En diciembre pasado, Tyson dirigió otra ronda de inversiones para ayudar a Beyond Meat a triplicar su producción. "Nos atacaron cuando firmamos un trato con Tyson. La gente dice que tengo sangre en mis manos ", dice el fundador y CEO de Beyond Meat, Ethan Brown, vegano de toda la vida. "Tyson asumió un gran riesgo, también. Quiero decir que Hayes no recibió ninguna carta de amor cuando nos apoyó. Pero prefería intentar hacer más cosas que arrojar piedras, y la gente de Tyson saben lo que se hacen ".
Los productos de Beyond Meat usan menos tierra y agua que la carne de origen animal y producen emisiones de gases de efecto invernadero mucho más bajas, pero Hayes no pretende hacer estas inversiones por la bondad de su corazón amante del tocino. Su motivación es el consumidor. En el último año, según datos de Nielsen, las ventas minoristas de alimentos de origen vegetal han aumentado un 24 por ciento, cuadruplicando el crecimiento de las ventas de carne y más de 10 veces el de las ventas minoristas de alimentos en general. Un estudio de la firma de investigación de mercado NPD Group descubrió que el 70 por ciento de los consumidores de carne están sustituyendo las proteínas animales por no-animales por lo menos una vez a la semana.
"Si no puedes vencerlos, únete a ellos, ¿verdad?", Dice Hayes. Reconoce que el consumo ético "acaba de comenzar a tomar impulso y crecerá a medida que las generaciones más jóvenes aumenten su poder adquisitivo". Algunos de sus proveedores no están tan entusiasmados con la llamada carne de origen vegetal. La Asociación de Ganaderos de EE. UU. Presentó una petición ante el Departamento de Agricultura para bloquear a las empresas de proteínas de origen vegetal para que etiqueten sus productos como una forma de carne.
Por ahora, "más del 90 por ciento del mundo come carne", dice Hayes, "y se espera que la población mundial aumente en unos 2.500 millones de personas en los próximos 30 años", mientras que la creciente clase media demanda dietas más ricas en proteínas . La combinación del crecimiento de la población y el aumento de las presiones ambientales significa que la nueva demanda de proteínas deberá ser satisfecha por más que animales.
Hoy en día, prácticamente todos los $ 40 mil millones en ingresos anuales de Tyson todavía provienen de la matanza y procesamiento de animales, y la compañía podría estar en conversaciones para adquirir al fabricante de nuggets de pollo Keystone Foods. Las nuevas ofertas que Hayes promociona en el Discovery Center: el bocadillo de nueces y queso de Jimmy Dean, un paquete de comida a domicilio que combina la carne orgánica de Tyson con frutas y verduras deformes que de otro modo se desperdiciarían, y un refrigerio con proteínas lanzado en mayo bajo la marca Yappah! que está hecho de trozos de pollo, granos y pulpa vegetal reciclada, son creativos, pero difícilmente afectarán la demanda de carne de los Estados Unidos.
Hayes dice que "no puedo imaginar un mundo donde no haya animales criados y utilizados para el consumo humano, jamás, en mi vida". Nada creado en una placa laboratorio o un subproducto de soja, jamás sustituirá la experiencia de comer de tocino frito crujiente o un filete de ternera a la parrilla. Pero sí ve las proteínas libres de animales que eventualmente se convierten en "una parte sustancial" del mercado de $ 200 mil millones de la carne. Hayes dice que la variedad de enfoques para la producción de carne sin carne será crucial para el éxito a largo plazo del sector: "Del mismo modo que ahora ve muchos modelos diferentes de automóviles eléctricos en el mercado, no habrá una solución mágica: la elección es de los clientes. Tyson planea seguir siendo un inversor en lugar de un productor de estos productos hasta que maduren un poco más ", dice, pero es probable que la producción de carne alternativa comience a liderar el mercado.
Originalmente publicado en Bloomberg Businessweek. Traduccido por Elena Falgueras, para AnimaNaturalis.
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