Bizcocho de mandarinas y tres harinas
No, no busquéis la palabra chocolate en el título porque no la hay!! este color oscuro lo da la harina de algarroba, un símil del cacao, con muchas propiedades alimenticias y que da mucho juego en la repostería por su textura y sabor. el bizcocho está hecho además con harina de trigo y de maíz. es la famosa receta del yogur, pero de soja en este caso, que a mí me está viniendo muy bien desde que hago bizcochos sin lácteos ni huevos porque en este caso no he utilizado ningún sustituto del huevo. simplemente con la humedad del yogur y de las mandarinas ha sido suficiente para que todos los ingredientes se aglutinen. lo mejor, el olor que ha dejado en casa. exactamente el mismo que una percibe cuando entra a una confitería, que no pastelería o panadería, confitería tal cual, con su olor a pastas, chocolate, frutas glaseadas...
Ingredientes
- 3 mandarinas de tamaño medio
- 1 yogur natural de soja
- 1 medida del yogur de aceite de girasol
- 2 medidas del yogur de panela (puede ser también azúcar blanca o morena)
- 3 medidas del yogur cada una con estas harinas: trigo, maíz y algarroba
- 1 sobre de levadura química
- Pizca de sal
Preparación
En un bol grande o recipiente en el que se pueda remover a gusto, echar por este orden y mezclar con cada ingrediente que se añade: el yogur, aceite, panela o azúcar, harinas, sal y levadura.
Quedará una masa compacta algo difícil de trabajar a la hora de remover.
La dejamos reposando.
Y encendemos el horno a 180º para que se vaya precalentando.
Lavamos bien una de las mandarinas y rallamos toda su piel.
Pelamos esta mandarina y las otras dos, sacamos los gajos y si tienen pepitas se las quitamos.
Lo pasamos por la batidora junto con la ralladura para que quede una especie de zumo de mandarina pero con la fibra.
Lo añadimos a la masa que habíamos dejado reposando y lo mezclamos todo bien.
Untamos aceite en un molde rectangular (si es de silicona no hace falta añadir más grasas porque no se pegará) y vertemos la mezcla.
Lo llevamos al horno, con calor arriba y abajo y lo colocamos en una zona media baja.
Lo dejamos haciéndose unos 2025 minutos o hasta que veamos que por la zona central ya sube y queda firme.
A mí me gusta dar un golpe de gratinado a los bizcochos el último minuto para que la capa de arriba quede crujiente, como caramelizada, pero realmente no es necesario, eso como queráis.
Lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar antes de desmoldar.
Para decorar utilicé unos gajos de mandarina, pero más que nada por darle color a la foto porque el bizcocho está tan jugoso que no necesita ningún glaseado, ni crema ni añadido más.
A disfrutarlo!!.