Preparación

En la picadora, picar las avellanas tostadas junto con el azúcar hasta que quede un grano bastante fino.

Pasar esta mezcla a un recipiente ancho en el que poder remover y mezclar con la pizca de de sal y el aceite.

No es casual que haya utilizado sólo poco aceite, es para compensar la grasa que ya tienen las avellanas, entorno a un 65% de su volumen, por eso y para redondear, eché la mitad de aceite de girasol.

Dejamos reposando para que se mezclen los sabores y los aceites.

Mientras, en el mismo vaso de la picadora de antes, echamos las harinas, la levadura, la leche y mezclamos.

Cuando esta masa ya esté bien mezclada (con aspecto de crema de chocolate con leche) la añadimos al "praliné" anterior de avellanas.

Removemos bien todo para que se mezclen y vertemos en un molde rectangular de bizcocho, previamente engrasado si no es de silicona.

Lo llevamos al horno sin precalentar, lo ponemos en el medio, con calor por arriba y por abajo a 180º durante 30 minutos o hasta que al moverlo un poco veamos que está firme y que el centro ha subido.

Sacamos, esperamos a que se enfríe y lo desmoldamos.

La decoración es al gusto, yo le puse unas avellanas enteras por seguir con la temática y para que en la foto se vea a simple vista cuál es el ingrediente protagonista.