Preparación

Preparación:.

Fase 1: antes de comenzar forrar el molde con papel de hornear, precalentar el horno a 180° y hacer derretir la margarina a baño maría, cuando se vacíe a la preparación no debe estar muy caliente. en una fuente poner el azúcar y cernir la harina, el almidón, el cacao, la vainilla y el polvo de hornear. girar un par de vueltas con una cuchara de palo y luego continuar meciendo para evitar los grumos, añadir la leche y la margarina derretida. si la preparación resulta muy densa aumentar un poco de leche, pero no exagerar.

Controlar que no se formen grumos, después vaciar la masa en el molde y hornear (siempre a 180°). la torta estará lista en 30 minutos, no abrir el horno por ninguna razón antes de ese tiempo porque se compromete el levantamiento de la torta. Cuando el timer permite abrir el horno y controlar si la torta está cocida haciendo la prueba del palito. si está lista, el palito sale seco y sin dificultad entra y sale. sacar del horno y dejar enfriar por algunas horas.

Fase 2: atención: poner la torta sobre el plato o cualquier soporte, pues no será posible cambiarla de lugar. con un cuchillo de lámina larga, cortar la torta por la mitad con un corte preciso paralelo a la mesa. levantar la parte superior con mucho cuidado, porque es muy probable que se destruya. mezclar la mermelada con una cuchara de agua y untarla uniformemente sobre la parte inferior. colocar nuevamente la parte superior, siempre con mucho cuidado.

Fase 3: preparar la crema y extenderla en una capa homogénea sobre toda la superficie de la torta. con la ayuda de una manga, cubrir los lados también. ponerla a la heladera.

Fase 4: escoger las frutillas más lindas, rojas y perfumadas. lavarlas y secarlas delicadamente, cortar las hojas verdes y cortarlas por la mitad. dividirlas según la dimensión: pequeñas, medianas y grandes.

Sacar la torta de la heladera, y disponer las frutillas sobre la crema. comenzar por el centro usando las más pequeñas y a medida que aumente el diametro de la torta las más grandes. No es sólo asunto de estética, pues de este modo es más fácil cortar las tajadas sin deshacer las frutillas, puesta que la punta de la tajada es más estrecha y frágil. dejar la distancia de un centímetro del borde, y dar otra vuelta de crema con la manga. si quedaron frutillas pequeñas colocarlas con una distancia regular las unas de las otras. al centro de la torta poner la frutilla más bellas. dejar reposar antes de servir. se necesita mucha paciencia, pero el resultado es espléndido.