Preparación

Ponemos a hervir las espinacas con un poco de agua embotellada (no mucho, las espinacas ya sueltan bastante agua) y la pastilla de caldo vegetal.

Picamos fino las cabezas de cebolla y los dientes de ajo y sofreímos a fuego medio en una sartén antiadherente con un poco de aceite de oliva.

Mientras, lavamos y picamos los champiñones, y pelamos y rallamos la zanahoria.

Cuando la cebolla empiece a estar transparente, añadimos los champiñones y la zanahoria y dejamos cocinar a fuego medio, removiendo de vez en cuando.

Escurrimos bien las espinacas y eliminamos el máximo de agua posible.

Cuando veamos que la zanahoria y los champiñones empiezan a estar cocinados, añadimos el orégano, el tomillo, el romero, el eneldo, removemos bien, y añadimos un chorrito generoso de vino (unos 80ml) y dejamos que se evapore el alcohol, sin dejar de remover.

Una vez evaporado el alcohol, añadimos las espinacas, la leche de avena, removemos bien y es momento de salpimentar, añadir nuez moscada al gusto y dejar enfriar un poco.

Precalentamos el horno a 180ºc

Hacemos la bechamel poniendo la margarina en una olla/sartén grande y una vez se deshaga, añadimos la harina hasta que se dore, entonces, añadimos la leche de avena sin dejar de remover hasta que espese. una vez espese (debe quedar como una nata líquida, ni muy espesa ni muy líquida) retiramos del fuego, añadimos un poco de cebolla en polvo, sal y pimienta al gusto. a mi me ha quedado un poco espesa al cocinarla en el horno, así que aconsejo que sea más tirando a líquida y ya acabará de espesarse dentro.

En una fuente grande, ponemos una base fina de bechamel. rellenamos cada canelon por dentro y vamos disponiendo en la bandeja hasta llenar del todo. cubrimos con más bechamel.

Picamos el verdeo de las cebollas que hemos usado antes. rallamos un poco de queso vegano y espolvoreamos un poco de queso y el verdeo por encima.

Horneamos 35min a media altura, a 180ºc. y 5min más en función gratinar.

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