Preparación

Pon el cuscús seco en un plato o cuenco grande. Vierte encima 500 ml de agua fría con sal, revuélvelo y déjalo en remojo una hora más o menos dándole vueltas de vez en cuando. Así volverá a hidratarse.

Una hora y cuarto antes de servir el cuscús, ponlo en la parte superior de la olla especial para cocer al vapor, la cuscusera, sin apretarlo. Coloca el recipiente superior encima del caldo hirviendo y déjalo así 15 minutos contados desde el momento en que el vapor empieza a pasar a través del cuscús. Comprueba que ambas partes, la inferior y la superior, cierren herméticamente de modo que el vapor no se pierda por los bordes y se concentre en el cuscús. Si no cierra perfectamente, hazlo tú poniendo una faja de tela alrededor de la cuscusera empapada en una mezcla de agua y harina.

Vuelca el cuscús en otro plato, airéalo con una cuchara de madera para que se suelten los granos y deja que se enfríe lo suficiente para que no queme las manos. Entonces, rocíalo con 100 ml de agua y con las manos fricciónalo para que se la beba bien. Déjalo reposar otros 15 minutos.

Vuelve a poner el cuscús sobre el caldo hirviendo 15 minutos más.

Repite la operación descrita en el paso 3.

Vuelve a ponerlo al vapor otros 10 minutos. Repite el paso 3 y, cuando esparzas los granos y, sólo en las recetas saladas, añade sal, pimienta y un poquito de cúrcuma en polvo para dar a los granos un tono dorado. Corta la margarina a trocitos y agrégala al cuscús. Revuelve bien con un tenedor, de modo que los granos queden bien impregnados de margarina. Así se consiguen unos granos sueltos y ligeros que no se pegan entre sí. El cuscús está listo para servir junto con los ingredientes que le acompañan.