Preparación

Picamos las cebollas y las ponemos en una sarten a pochar a fuego medio.

Mientras se pochan las cebollas, se trocea la calabaza (puse un trozo equivalente a una cebolla... entre 100 y 150 gramos) y se añade a la cebolla para que se haga todo junto.

Se pica un pimiento (yo usé uno pequeñito amarillo que compré en una bandejita donde venían 5 pimientos de colores diferentes) y se añade al sofrito.

Se hace poco a poco de manera que los sabores se vayan mezclando y concentrando.

Mientras tanto, se vacían los calabacines en crudo y se reserva la pulpa que luego añadiremos al sofrito.

Cuando el sofrito está ya doradito, se añade el tofu picado, se le dan un par de vueltas y se añade la carne del calabacín que hemos troceado previamente. se salpimenta la mezcla y se añade un poco de nuez moscada. se tapa para que el calabacín suelte el agua.

Cuando el calabacín ha sudado el agua, se destapa la sartén y se sube un poco el fuego para evaporar el agua.

Cuando está todo en su punto, se pasa el sofrito al vaso de la batidora y se tritura pero sin que quede totalmente cremoso, es decir, que quede un poco de "grumo" para que al comer no se confunda con una crema.

Se rellenan los calabacines poniendo entre cucharada y cucharada un trocito de dátil (también se puede añadir un poco de cebolla frita "seca" de esa que venden en botes como condimento para ensaladas). cuando está el calabacín totalmente relleno, se remata con un poco de queso rallado (yo usé parmesano en polvo) y se coloca la tapa del calabacín.

Se ponen en una bandeja con un poquito de aceite en la base para que no se peguen. se meten en el horno previamente precalentado a 200 grados durante 15 minutos (yo utilicé la opción de ventilador).

Y listos!.